
La paciencia, el pilar que porta la energía de la transformación y la observación, es la virtud de saber esperar entendiendo los ciclos y la comprensión de la forma en la cuál los tiempos se ajustan para brindar los resultados apropiados en el tiempo perfecto. La madre tierra es la maestra más grande de la paciencia y su enseñanza la transmite mediante los ciclos de la vida, una semilla tiene todo el potencial para ser un gran árbol, sin embargo no se convertirá en ello hasta que transcurra el tiempo concreto para que su vida se desarrolle.
Es la paciencia el acto de saber esperar y disfrutar el proceso por el cuál la semilla experimenta e integra el proceso que la convierte en árbol, al igual que la vida animal y humana, la gestación lleva consigo un sagrado periodo de incubación en el cuál cada una de sus etapas trae consigo una enseñanza y una experiencia que por si misma van gestando lo que la vida será.

El ser humano quiere saltarse todo proceso y llegar al resultado inmediato, pero nunca lograremos que el sol se ponga antes de tiempo, la paciencia es saber comprender que el tiempo es eterno, saber disfrutar del ahora aún cuando se desconozca el desenlace del camino. El quinto pilar de la conciencia paciencia se activará en las articulaciones de los hombros, problemas de la espalda encorvada son signos del peso de la desesperación y anticipación ansiosa del futuro, la virtud de la paciencia libera esta carga, viviendo la energía del presente y entendiendo que los tiempos son perfectos para integrar lo que cada uno necesita en este camino hacia la unidad.
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